lunes, 2 de agosto de 2010

Balance al comienzo del asedio.


Hombres
Jefes y oficiales: 100 ,
Comandancia Guardia civil: 800,
Tropa Academia: 150,
Tropa Escuela de Gimnasia: 40,
Falange, Acción Popular y varios: 200,
Total: 1290 hombres
De estos 1290, 1200 para la defensa activa y 90 para la atención de servicios.
A esta guarnición hay que añadir: Mujeres: 550 y Niños:50, total: 600
La mayor parte de estos civiles eran familiares de la Guardia civil, de algunos profesores de la Academia de Toledo que se refugiaron en el Alcázar. En total la población dentro del recinto alcazereño es de unas 1900 personas.

Material
De defensa se contaba con el armamento de la Guardia civil, Academia, Escuela de Gimnasia y Guardias de Asalto y seguridad, en total unos 1200 fusiles y mosquetones.
De la Academia se contaba con 2 piezas de Montaña de 7 cm, 13 ametralladoras Hotckins de 7 mm y 13 fusiles ametralladores de la misma marca y calibre. También un mortero de 50 mm.

Municiones
Las municiones procedentes del Alcázar y de la Fábrica de Armas, entre cartuchos de fusil y ametralladoras sumaban 800000; 50 granadas ropedoras de 7 cm, 50 granadas de mortero Valero de 51 mm, 4 cajas de granadas de mano incendiarias, unos 100 petardos de trilita y un explosor eléctrico.

Transmisiones
Durante los primeros días se contaba con un teléfono automático, y cuando lo cortaron sólo se emplearon las líneas militares de campaña. La Guardia civil llevó una emisora-transmisora de la Comandancia.

Material sanitario
Se contaba con la enfermería de la Academia y la farmacia militar.

Víveres
En el momento en el que se inició el asedio del Alcázar este estaba poco provisto de víveres y sólo quedaban pequeñas cantidades de lo más necesario, judías, garbanzos, arroz, aceite, sal, azúcar, café, especias, etc. Aparte de esto habían grandes cantidades de vino y abundantes conservas. Todas estas reservas de víveres se conservaron y sólo fueron empleadas en casos excepcionales.
Agua, aunque se racionó desde el principio, había en abundancia gracias a los distintos pozos aljibes del Alcázar.
La falta de pan se trató de solcionar con el uso del trigo agorgojado destinado para la alimentación del ganado, pero pronto se agotó. Afortunadamente se descubrió un un depósito de trigo cercano con 2000 sacos de trigo de unos 90 kilos cada uno y de muy buena calidad, de manera que esta cantidad, más la carne procedente de los caballos y mulos, se resolvió de un modo muy precario el problema de la alimentación el tiempo que duró el asedio.

Fuente: elalcazar.1936-1939.com